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jueves, 28 de octubre de 2010

Reflexion



REFLEXIÓN SOBRE LA ENFERMEDAD

Yo Comento…..

¿Cómo puedo resolver los problemas de salud que tengo? He sufrido bastantes problemas crónicos en esta vida. ¿Por qué los sigo teniendo?


Dios me contesta…..

En primer lugar, vamos a dejar clara una cosa: tú amas esos problemas; o, en cualquier caso, la mayoría de ellos. Los has utilizado admira¬blemente para compadecerte de ti mismo y atraer la atención de los demás hacia ti mismo.

En las pocas ocasiones en que no ha sido así, ha sido sólo porque han ido demasiado lejos. Más lejos de lo que tú pensabas que irían cuando los creaste.

Debes entender algo que probablemente ya sabes: toda enfermedad es creación de uno mismo. Incluso los médicos más convencionales están empezando a ver que la gente crea sus propias enfermedades.

La mayoría de las personas lo hacen de un modo totalmente inconsciente (ni siquiera saben que lo hacen). Así, cuando caen enfermos, no saben qué les pasa. Parece como si algo les aconteciera, en lugar de haberse hecho ellos algo a sí mismos.

Esto ocurre porque la mayoría de las personas van por la vida inconscientemente, y no sólo en lo que se refiere a la salud y sus consecuencias.

 Fuman, y luego se sorprenden porque tienen cáncer.
 Ingieren animales y grasa, y luego se sorprenden porque tienen las arterias obstruidas.
 Se pasan la vida enfadándose, y luego se sorprenden porque tienen infartos.
 Compiten con los demás —despiadadamente, y bajo un estrés increíble—, y luego se sorprenden porque tienen apoplejías.

La verdad que se oculta tras todo esto es que a la mayoría de las personas les preocupa su muerte.

La preocupación es precisamente la peor forma de actividad mental que hay después del odio, y resulta profundamente autodestructiva. La preocupación no tiene sentido. Es malgastar la energía mental. Además, crea reacciones bioquímicas que dañan al cuerpo, produciendo un sinfín de problemas que van desde una simple indigestión hasta una parada cardíaca.

 La salud mejorará casi en el mismo momento en que cese la preocupación.
 La preocupación es la actividad de una mente que no entiende su vinculación conmigo.
 El odio es la enfermedad que resulta más gravemente perjudicial para la mente. Envenena el cuerpo, y sus efectos son prácticamente irreversibles.

El temor es lo más opuesto a todo lo que eres, y, en consecuencia, ejerce un efecto de oposición en tu salud física y mental. El temor es la preocupación llevada al extremo.

La preocupación, el odio y el temor —junto con sus vástagos: la ansiedad, la amargura, la impaciencia, la avaricia, la crueldad, la severidad y la condena—, todo ello ataca al nivel celular del cuerpo. En estas condiciones, resulta imposible tener un cuerpo sano.

Del mismo modo —aunque en un grado algo inferior—, la presunción, la falta de moderación y la gula producen malestar físico, o falta de bienestar.

Toda enfermedad ha sido creada antes en la mente.

Yo Comento…..

¿Cómo puede ser? ¿Y qué hay de las enfermedades contraídas por contagio, como los resfriados o el SIDA?


Dios me contesta…..

Nada ocurre en tu vida —nada— sin que primero haya sido un pensamiento. Los pensamientos son como imanes, que atraen sus efectos sobre uno. Puede que el pensamiento no siempre sea evidente —y, en consecuencia, claramente causal—, tal como: «Voy a contraer una terrible enfermedad». Es posible que sea (y normalmente es) mucho más sutil que eso: «No merezco vivir»; «Mi vida es un lío»; «Soy un perdedor»; «Dios va a castigarme»; «Estoy hasta la coronilla de mi vida».

Estos pensamientos constituyen una forma de energía muy sutil, pero sumamente poderosa. Las palabras son menos sutiles, más densas. Las acciones constituyen la forma más densa de las tres. La acción es energía en una forma física fuerte, con un movimiento potente.

Cuando piensas, hablas y actúas según un concepto negativo tal como «Yo soy un perdedor», pones una enorme cantidad de energía en movimiento. No es de extrañar que cojas un resfriado; y aun eso sería lo de menos.

Resulta muy difícil invertir los efectos del pensamiento negativo una vez éstos han adquirido forma física. No es imposible, pero sí muy difícil. Se requiere un acto de fe excepcional. Se requiere una extraordinaria confianza en la fuerza positiva del universo, llámese Dios, Diosa, Motor Inmóvil, Fuerza Primera, Mente Universal, Causa Primera, o lo que sea.

Los sanadores poseen precisamente esta fe. Es una fe que penetra en el Conocimiento Absoluto. Saben que estás preparado para ser completo y perfecto en este mismo momento. Ese conocimiento es también un pensamiento, y muy poderoso. Tiene el poder de mover montañas, por no hablar de las moléculas de tu cuerpo. Así es como los sanadores pueden curar, incluso a distancia.

El pensamiento no conoce distancias. Viaja alrededor del mundo y atraviesa el universo en menos tiempo del que tardas en pronunciar la palabra.

«Mándalo de palabra, y quede sano mi criado.» Y así fue, en ese mismísimo momento, incluso antes de que acabara la frase. Tal era la fe del centurión.

Pero todos ustedes son leprosos mentales. Su mente está corroída por pensamientos negativos. Algunos de ellos se los han metido. Muchos de ellos realmente los inventan —los conjuran— ustedes mismos, y luego les dan abrigo y cobijo durante horas, días, semanas, meses, e incluso años.

... y se sorprenden porque caen enfermos.

Puedes «resolver algunos de tus problemas de salud», como dices, si resuelves los problemas de tu pensamiento. Efectivamente, puedes curar algunas de las enfermedades que ya has contraído (que te has dado a ti mismo), además de prevenir nuevos e importantes problemas en fase de desarrollo. Y todo esto puedes hacerlo cambiando tu pensamiento.

Y también —y odio decir esto, pues parece demasiado mundano para venir de Dios—, ¿por el amor de Dios!, cuida más de ti mismo.

Cuidas pésimamente de tu cuerpo, prestándole muy poca atención hasta que no sospechas que algo ande mal. No haces prácticamente nada en el sentido de un mantenimiento preventivo. Cuidas más a tu coche que a tu cuerpo, y no exagero.

No sólo no previenes posibles problemas realizando chequeos médicos anuales, y utilizando las terapias y medicinas de que dispones (¿por qué vas al médico, le pides ayuda, y luego no tomas las medicinas que te receta?, ¿puedes responderme a eso?); también maltratas a tu cuerpo terriblemente entre estas visitas respecto a las que no haces nada.

No lo ejercitas, de modo que se vuelve flojo y, lo que es peor, débil por falta de uso.
No lo alimentas adecuadamente, con lo cual aún se debilita más.

Luego lo llenas de toxinas y venenos, y de las más absurdas sustancias .que haces pasar por comida. Y aun así, ese maravilloso motor funciona; aun así, sigue adelante, haciendo frente a este ataque.

¡Es terrible! Las condiciones bajo las cuales le pides a tu cuerpo que sobreviva son horribles. Pero poco o nada harás al respecto. Leerás esto, moverás la cabeza afirmativamente, mostrando arrepentimiento, y continuarás con el maltrato. ¿Y sabes por qué?


Yo Comento…..

Tengo miedo de preguntártelo.


Dios me contesta…..

Porque no tienes ninguna voluntad de vivir.

Yo Comento…..

Me parece una acusación muy dura.



Dios me contesta…..


No pretende ser dura, ni tampoco pretende ser una acusación. «Dura» es un término relativo, un juicio que has aplicado a unas palabras. «Acusación» connota culpa, y «culpa» connota delito. Aquí no hay ningún delito; por lo tanto, no hay ninguna culpa ni ninguna acusación.

He hecho una simple afirmación de una verdad. Al igual que todas las afirmaciones de verdad, posee la cualidad de despertarte. Pero a algunas personas no les gusta que les despierten. La mayoría. Prefieren seguir dormidas.

El mundo se halla en el estado en que se halla porque está lleno de sonámbulos.

Respecto a mi afirmación, ¿qué es lo que te parece falso? No tienes ninguna voluntad de vivir. Al menos, no la has tenido hasta ahora.

Si me dices que has experimentado una «conversión instantánea», revisaré mi predicción de lo que vas a hacer.

Al mismo tiempo, pretendía despertarte. A veces, cuando una persona está profundamente dormida, hay que…..



Sacudirla un poco.








Fuente: Del Best Seller «Conversaciones con Dios I»

Autor: Neale Donald Walsch.

Nota: Existe también una película basada en este libro.




SITIO RECOMENDADO:


http://elmistico.com.ar/NealeWalsh/index.htm

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