Datos personales

sábado, 7 de diciembre de 2013

ORACIÓN Y DECRETOS

Ya el Señor nos dio autoridad tanto en lo natural como en lo espiritual, por esa razón hemos sido revestidos de la autoridad necesaria para poder impartir un DECRETO o para poder anular un decreto que esté en contra nuestra.

Mucha gente se la pasa rezando durante horas y días y no ven resultados tangibles a sus peticiones, ¿porque? ¡Se preguntan! Muchos otros se la pasan pidiendo a sus imágenes y se hacen la misma pregunta lo que los lleva a la frustración y a buscar salidas y soluciones que están dentro de ellos mismos pero no tienen al guía preciso para lograr sus fines. Hay que recordar que Jesús Oraba no rezaba, se concentraba pero no se preocupaba, confiaba pero no dudaba mas aun que todo eso, el Maestro conocía perfectamente las claves ocultas al hombre ordinario y minima parte de ello se encuentra en el DECRETO. No estoy diciendo que únicamente Jesús poseía ciertos secretos, mas bien lo pongo como ejemplo porque digamos que a nivel mundial es el más conocido pero hubo y tal vez haya otros seres que han poseído conocimientos de carácter hermético o secreto y que no tienen nada de diabólico como lo pregonan ciertos grupos, simplemente lo recibieron por designios del Altísimo....Bien, se los dejo de tarea para que se forjen una mentalidad más liberal sin caer en fanatismos o en mentes cuadradas poseedores de verdades absolutas sin analizarlas...
Que tengas un Excelente día y Dios te bendiga y te preserve del mal.

Amén


miércoles, 20 de febrero de 2013

Oraciones


I. ORACIÓN POR CURACIÓN FÍSICA

Se sugiere que esta oración se lleve a cabo en un lugar solitario, apartado de toda distracción, teniendo la fe que el Señor nos escucha siempre que le hablamos. Recítese de manera lenta, en voz alta, haciendo propia cada frase.

Señor Jesús,
creo que estás vivo y resucitado.

Creo que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar
y en cada uno
de los que en ti creemos.

Te alabo y te adoro.

Te doy gracias. Señor,
por venir hasta mi
como pan vivo bajado del cielo.

Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida

Tú eres, Señor,
la salud de los enfermos.

Hoy quiero presentarte
todas mis enfermedades
porque tú eres el mismo ayer,
hoy y siempre
y tú mismo me alcanzas
hasta donde estoy.

Tú eres el eterno presente
y tú me conoces...

Ahora, Señor,
te pido que tengas compasión de mi.

Visítame a través de tu Evangelio
para que todos reconozcan
que tú estás vivo en tu Iglesia hoy;
y que se renueve mi fe
y mi confianza en ti;
te lo suplico, Jesús.

Ten compasión
de mis sufrimientos físicos,
de mis heridas emocionales
 y de cualquier enfermedad
de mi alma.

Ten compasión de mí, Señor.
Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la
Salud.

Que mi fe crezca
Y me abra
a las maravillas de tu amor,
para que también sea testigo
de tu poder y de tu compasión.

Te lo pido,
Jesús,
por el poder de tus santas llagas,
por tu santa cruz y tu preciosa sangre.


Sáname, Señor.
Sana mi cuerpo.
Sana mi corazón.
Sana mi alma.

Dame vida y vida en abundancia.

Te lo pido por intercesión
de María Santísima, tu madre,
la Virgen de los Dolores,
la que estaba presente, de pie,
cerca de la cruz.

La que fue la primera en contemplar
tus santas llagas
y que nos diste por madre.

Tu nos has revelado que ya has tomado sobre ti,
todas nuestras dolencias
y por tus santas llagas
hemos sido curados.

Hoy, Señor,
te presento en fe
todas mis enfermedades
y te pido
que me sanes completamente.

Te pido,
por la gloria del Padre del cielo,
que también sanes a los enfermos
de mi familia
y mis amigos.

Haz que crezcan en la fe,
en la esperanza,
y que reciban la salud
para gloria de tu nombre.

Para que tu Reino
siga extendiéndose más y más
en los corazones,
a través de los signos
y prodigios de tu amor.

Todo esto te lo pido, Jesús,
porque tú eres Jesús,
tú eres el buen pastor
y todos nosotros ovejas de tu rebaño.

Estoy tan seguro de tu amor,
que aun antes de conocer
el resultado de mi oración,
en fe, te digo; Gracias Jesús,
por lo que tú vas a hacer en mi
y en cada uno de ellos.

Gracias por las enfermedades
que tú estás sanando ahora.
Gracias por los que tú
estás visitando con tu misericordia.
II. ORACIÓN POR CURACIÓN INTERIOR


Se sugiere que esta oración se lleve a cabo en un lugar solitario, apartado de toda distracción, teniendo la fe que el Señor nos escucha siempre que le hablamos. Recítese de manera lenta, en voz alta, haciendo propia cada frase.


Padre de bondad. Padre de amor,
Te bendigo, te alabo y te doy gracias
Porque por amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre,
porque a la luz del Espíritu
comprendemos que Jesús es la luz,
la verdad y el buen pastor,
que ha venido
para que tengamos vida
y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, me quiero presentar
delante de ti, como tu hijo.

Tú me conoces por mi nombre.

Pon tus ojos de Padre amoroso
en mi vida.

Tú conoces mi corazón
y conoces las heridas de mi historia.

Tú conoces
todo lo que he querido hacer
y no he hecho.

Conoces también lo que hice
o me hicieron lastimándome.

Tú conoces mis limitaciones,
errores y mi pecado.

Conoces los traumas
y complejos de mi vida.

Hoy, Padre,
te pido
que por el amor que le tienes
a tu Hijo Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre mi.

Para que el calor
de su amor sanador,
penetre en lo más íntimo
de mi corazón.

Tú que sanas
los corazones destrozados
y vendas las heridas,
sáname aquí y ahora de mi alma,
mi mente, mi memoria
y todo mi interior.

Entra en mí, Señor Jesús,
como entraste en aquella casa
donde estaban tus discípulos
llenos de miedo.

Tú te apareciste en medio de ellos
Y les dijiste “paz a vosotros”.
Entra en mi corazón y dame tu paz.
Lléname de amor.

Sabemos que el amor
echa fuera el temor

Pasa por mi vida y sana mi corazón.
Sabemos, Señor Jesús,
que tú lo haces
siempre que te lo pedimos
y te lo estoy pidiendo con María,
mi madre,
la que estaba en las bodas de Caná
cuando no había vino
y tú respondiste a su deseo,
transformando el agua en vino.

Cambia mi corazón
y dame un corazón generoso,
un corazón afable,
un corazón bondadoso,
dame un corazón nuevo.


Haz brotar en mí
los frutos de tu presencia.
Dame el fruto de tu Espíritu
que es amor, paz y alegría.

Haz que venga sobre mí
el Espíritu de las bienaventuranzas,
para que pueda saborear
y buscar a Dios cada día.
Viviendo sin complejos ni traumas
junto a los demás,
junto a mi familia,
junto a mis hermanos.

Te doy gracias, Padre,
por lo que estás haciendo hoy
en mi vida.

Te doy gracias de todo corazón
porque tú me sanas,
porque tú me liberas,
porque tú rompes las cadenas
y me das la libertad.

Gracias, Señor Jesús,
porque soy templo de tu Espíritu
y este templo no se puede destruir
porque es la Casa de Dios.

Te doy gracias, Espíritu Santo, por la fe.

Gracias por el amor que has puesto en mi
corazón.

¡Qué grande eres, Señor Dios Trino y Uno!

¡Bendito y alabado seas, Señor!

------------------------------------   0   -----------------------------------
El Padre Emiliano Tardif es misionero del Sagrado Corazón; nació en Canadá y trabaja en República Dominicana desde hace 20 años.
Aquejado de tuberculosis pulmonar, fue sanado por el Señor en 1973, gracias a la oración de un grupo carismático. Desde entonces no ha dejado de ejercer su ministerio de predicación y de sanación en el mundo entero, para anunciar que Jesús está vivo, que es el Mesías y que sigue sanando en nuestros días tal y como lo hizo hace dos mil años.
El Padre Emiliano falleció el ocho de Junio del año 1999, siendo testimonio de vida y acompañado por el ministerio de evangelización, signos, prodigios y milagros.